viernes, 18 de septiembre de 2015


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agosto05,

Los enemigos de la Fe

Existen muchas cosas que nos impiden tener una fe grande y desarrollada, y que por esto nos perdemos de muchas de las bendiciones que Dios tiene para nosotros: Por permitir que se debilite nuestra fe.

Los enemigos de la Fe

  • Miedo o temor: El miedo inhabilita inmediatamente la fe. Te paraliza y no te permite ver mas allá de tu situación actual. Sabemos que sin importar lo que esté pasando ahora, Dios tiene una solución para todo. Pero el miedo nos venda nuestros ojos espirituales y nos impide ver esa solución. (Marcos 4:35 en adelante).
  • Falta de perseverancia: La fe siempre persevera (Galatas 6:9). Debemos permanecer constantemente creyendo en que lo que necesitamos y clamamos a Dios vendrá en el momento adecuado escogido por Dios en su tiempo perfecto.
  • Tristeza: El estar triste nos impide recibir la Palabra de Dios. (Éxodo 6:6-9). Como sabemos, nuestra fe crece por escuchar la Palabra de Dios. Si no la escuchamos, nuestra fe comienza a debilitarse.
  • Pecado: El pecado nos aleja de Dios. (Proverbios 28:13). Cuando pequemos, tenemos dos opciones: Arrepentirnos y enderezarnos u ocultarlo. Si hacemos lo primero, nos acercamos a Dios de nuevo.
Nunca permitas que tu fe se debilite. Permanece firme en la Palabra de Dios y confiado siempre en su voluntad y tiempo perfecto.

Instrumentos de Dios

Cuando un artista toca un instrumento, digamos la guitarra, está tiene mucho mas valor. Hemos visto como venden guitarras de artistas por precios hasta 20 veces mayores que una guitarra corriente. Cuando está en manos del artista, sale de la guitarra grandes melodíasque sorprenden a todos. ¡El talento no está en la guitarra! Está en el artista que la usa.

Instrumentos de Dios

Una vez es vendida, y otra persona la tiene en sus manos, ¡no vuelve a sonar de la misma manera! Porque el talento, las melodías no estaban en la guitarra, sino en el artista. Así mismo pasa con nosotros. Cuando Dios nos usa, hacemos grandes cosas: Sanamos enfermos, damos tremendas predicas, echamos fuera demonios. Y muchos dicen: "¡Que buenos soy! ¡Que gran poder tengo!"

Cuando la realidad es que es Dios usándonos para bendecir a otras personas. Nuestro valor no está en lo que somos, si no en lo que Dios hace con nosotros. ¡Somos instrumentos de Dios para bendecir a otras personas!

Permite a Dios usarte para sus propósitos, ¡usarte para lo que fuiste creado!.